Hotel céntrico pero tranquilo, fácil aparcar. Pocas habitaciones, acogedor. Está en reformas, había polvo y ruido de las obras. En las paredes de la habitación, dos agujeros, manchas de pintura, un picaporte roto. Quedará bien, pero quizás deberían cerrar unas semanas hasta terminar. Por la noche hicieron 5 grados fuera, pero no encendieron la calefacción, hacía frío fuera de la cama. Tampoco hay aire acondicionado para el verano. Desayuno correcto. Personal muy amable, alguno habla español.
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