Lo mejor de los apartamentos, sin duda, es su ubicación, a escasos metros de la playa y en pleno paseo marítimo, cerca de restaurantes, tiendas y supermercados. Lo peor que, a pesar de tener un pequeño aparcamiento exterior y uno subterráneo que comparte con clientes del ******, no poseen plazas de aparcamiento para personas con movilidad reducida, con lo que hay que parar en la puerta (mucho tránsito de vehículos y conductores que se desesperan por tener que esperar), dejar a la persona en recepción, irse a aparcar lejos, y volver para recogerla. Ninguna facilidad en este sentido, a pesar de manifestarlo 3 veces en recepción durante 10 días, por si podían habilitar alguna plaza. Por otra parte, los apartamentos "con vistas al mar" dependen de la suerte. Por el mismo precio pueden asignarte uno más nuevo y con vistas frontales espectaculares, o uno más antiguo con vistas frontales al ****** y laterales a una parte del mar.
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