Desde el ingreso a las instalaciones, fuimos recibidos con muchas atención y esmero por parte del personal que labora en el lugar, la carta para la cena muy variada, de gustamos de un plato propio de la zona, denominado maito de yuca y adicional un lomo de carne de res, que se veía y sabía muy bien. Las instalaciones muy acogedaras, y múltiples áreas de descanso y relajación. La habitación muy limpia y amplia qué invita a pasar una noche de ensueño. En el desayuno probamos una variedad de frutas fresca , pan y chocolate, acompañados de una trilogía de mote, bolon y huevo frito y de beber jugo de tomate de árbol. El area húmeda es muy completa y su piscina es muy relajante. Una experiencia única.
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