曼薩納雷斯旅館(Parador de Manzanares)

El Parador, aunque no es un edificio histórico, tiene el encanto de estar estructurado como una finca de campo manchega, en pintura blanca y azul que le da encanto. Las habitaciones las han modernizado desde la primera vez que estuve, han cambiado las ventanas para evitar los ruidos de la carretera cercana y son amplias y limpias. La zona de la piscina cuenta con una gran zona de césped con tumbonas que permite mucha gente tomando el sol. Piscina grande. Desayuno correcto, sin ser de los mejores de Paradores, eché de menos que tuviesen frutos secos y el segundo día, que entramos a las 10 a desayunar faltaron cosas, aunque lo que pedimos nos lo pudieron traer. Servicio de restaurante y cafetería bien. Instalaciones perfectas y personal de 10.

La ubicacion, accesibilidad, comodidad y eficacia hacen del Parador de Manzanares una excelente opcion de camino a Andalucia. La recepcion es agil y eficiente. La habitacion standar como de costumbre en Paradores. El restaurante muestra buena cocina regional y el desayuno esta, de nuevo dentro de lo habitual en Paradores.

Parada de paso camino de visita a las Lagunas de Ruidera, un poco alejado del pueblo, teniendo que coger el coche, pero merece la pena visitar Manzanares con buenos vestigios del pasado, y acertamos en tomarnos un buen desayuno en una cafetería El Temple muy bien decorada y unos churros y chocolate excelentes con buena atención del personal.

Parador que hace honor a su nombre pues es una parada en la ruta a Andalucía. Estuvimos una noche. Habitación amplia, con balcón que no usamos por el tiempo. Alfombra mullida en el pasillo. Personal encantador con ganas de atender en todo momento. Instalaciones correctas. Buena cena; tomamos el desayuno a la carta. Única crítica: el acceso del parking a la puerta de recepción es un poco confuso y los pavimentos necesitan mejora.

Estancia muy agradable pues se respira calma y tranquilidad derivada de su situación alejada de ruidos pero al mismo tiempo próximo a Manzanares lo que nos permite disfrutar de su historia y museos y de otras localizaciones típicas de La Mancha. Buena restauración e insonorización de la habitaciones. Gran disponibilidad y facilidad de aparcamiento.

Lo primero que llama la atención es su precio, sorprendentemente barato para ser un parador. Una habitación doble con cama supletoria nos costó 82 euros por noche, algo muy difícil de conseguir. Las camas son amplias (de dos metros por dos la grande) y la habitación es cómoda y funcional. Tiene un balcón no muy grande pero que sirve de espacio complementario. En ese balcón se escucha bastante el ruido de la autovía a Madrid, siempre frecuentada, pero con la puerta cerrada se hace el silencio y se puede dormir a pierna suelta. El hotel merece (más bien necesita) algunas reformas para hacerlo más moderno. Están en algunas cosas, según pude fijarme, como renovar el ascensor principal. En el restaurante se come razonablemente bien y a un precio asequible. Para la cena elegimos la cafetería y ahí observamos el peor fallo: la falta de personal. Aunque el que había se multiplicaba y era atento y amable, no podía atender a toda la clientela y, además de que eso obligaba a esperar, se veían aquí y allá mesas de las que los comensales ya se habían ido pero seguían teniendo, bastante tiempo después, vasos y platos medio vacíos. Una imagen que debe mejor****.

He visitado bastantes Paradores, y el de Manzanares, aun no siendo un mal hotel, no es el mejor de los Paradores, por supuesto. Parece todo un poco dejado, envejecido, ... hasta el personal, sobre todo en bar y cocina, quieren agradar, pero no llegan al nivel exigible a un establecimiento de esta características. No tuve la sensación que he tenido en otros.

Las habitaciones estándar (hab 112) son monacales total, antes tenían alfombras pero ya ni eso, tampoco hay papelera, el sillón y la mesita andan ya algo destartaladas, las camas sí resultan muy confortables. Estaría bien si pudieran ordenar de otra manera la banqueta para la maleta, si abres tu maleta se choca con la puerta del armario. Los aseos también necesitan renovación, por ejemplo cambiar las puertas huecas por unas más aparentes, y por favor, retiren el adhesivo de colgar pegado en la puerta a 30 cm del suelo. Salvo error por mi parte no he visto recipientes de reciclaje al servicio del cliente. Echamos de menos el servicio de prensa que teníamos los clientes antes de la pandemia ¿Han pensado en ofrecerlo de nuevo? Estaría bien. El edificio está situado cerca de pueblos y zonas bonitas para visitar. El Restaurante Azafrán muy sencillo y grandes ventanales al jardín, el personal muy atento, el maître tan amable como de costumbre, las camareras con mucha profesión. El menú es cortito, dieciocho platos nada más, pedimos croquetas de jamón muy ricas, paté de perdiz y fabas con perdiz y setas, nos sirvieron fabas con perdiz escabechada y algas. Eso es una falta de respeto al cliente, si no tienen setas ese día hay que avisarlo. Ah y los aseos del restaurante parecen de gasolinera. Discúlpenme si se me escapa comparar los beneficios de Paradores con lo que veo en los edificios de la red. Dispongo de tarjeta oro, significa que de la Red tengo algo de conocimiento.

Mi experiencia ha sido de las mejores de las que he hecho en familia. Después de esta experiencia no tengo duda que probaré oros paradores porque me ha parecido otra forma de viajar. Sin duda no se me olvidará tan fácilmente.