Era mi primer visita a Almarena, y amé hasta lo más mínimo. La calidez humana de todo su personal es maravillosa. Siempre cordiales, siempre con una sonrisa. Si a eso le agregamos el confort de las instalaciones, la impecable decoración, todo deriva en una combinación perfecta. Estuve 5 noches en el Studio Superior. El balcón es grande (al igual que la televisión), y la vista es inigualable. Un placer amanecer cada día y ver desde allí la salida del sol. La temperatura del agua de las piletas era idílica, así como también lo era la climatización de cada sector del hotel (incluida la habitación). Organizan actividades sin cargo como clases de yoga y preparación de cocktails. Los masajes y tratamientos son con cargo, y bien valen la pena (las dos masajistas también super cordiales). Cada rincón y cada detalle está pensado para el disfrute, la comodidad y para que uno desee regresar ni bien pueda. Vale lo que se paga (y hay descuentos que ameritan ser aprovechados). Personalmente ya estoy organizando mi próxima visita. Gracias por todo! Nota: el hotel es libre de humo y se respeta 100%. Se agradecería que pusiesen ceniceros en el exterior (en la entrada del hotel/restaurants), para continuar con la línea de limpieza y cuidado del medioambiente.
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