El hotel tiene sus luces y sus sombras. Sinceramente lo mejor de todo es la ubicación / precio. Eso sí, después de haber estado en él, no pagaría tampoco más, como los precios que he estado viendo en el mismo hotel por una habitación igual días antes de llegar. El hotel está reformando algunas de las habitaciones, y resultaba un poco molesto el ruido de las obras. Pero como casi no estábamos en él, no le dimos más importancia. Lo que no me gustó fue la habitación que nos dieron, muy pequeña. Todo en ella era incómodo. La ducha, estrecha, con una cortina que se te pegaba y encima los reguladores de agua mal situados, que reducían aún más el espacio y muy antiguos, de los que debías tener cuidado de no tocar porque podías abrasarte. Las camas muy incomodas, si te sentabas sobre la cama, notabas los muelles. El edredón no podía estar más viejo, le faltaba relleno por todos lados. Además de la almohada que tenía el mismo problema que el edredón. Y otro inconveniente, en pleno inicio del invierno, el radiador del baño no funcionaba. Nos hubiera venido bien. He pagado hoteles con muy buena ubicación y con precio similar con (por lo menos) camas cómodas. El personal del hotel muy agradable y encantador, y disponen de guarda equipaje, y nos dejaron entrar antes de la hora porque ya tenían la habitación preparada, que eso también es un punto a favor. No esperéis lujos, parece más una pensión (está entero para reformar). Ya que tampoco disponible de muchos servicios. A pesar de los inconvenientes, sí volvería al mismo hotel, ya que la localización era perfecta y no necesito mucho cuando voy de viaje.
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