No tiene nada que ver con las imágenes de internet.
Pasillos muy oscuros, habitaciones con vista a un escampado, desayuno muy pobre. El restaurante no lo probamos, pero los precios no son baratos. La piscina, no está llena del todo, está como un metro por debajo del borde, es imposible salir si no es por la escalera.
Al llegar, la “recepcionista” era una mujer asiática que casi no sabía hablar español.
El parking para clientes, son 5 plazas en la puerta del hotel, siempre ocupadas. Tuve que aparcar en la calle.
En la habitación había calcetines y resto de comida de otros bajo la cama.
Lo recomendaría, para pasar una noche. Pero no para vacaciones y menos en familia.
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