¡Precioso el lugar! llegamos el primer día a descansar, a comer, y al regresar de comer en el restaurante “Marola” nos encontramos con jazz en vivo en el bar (increíble) y tuvieron la cortesía de darnos una hielera con una bolsa de hielo exclusivamente para nosotros para poder disfrutar de una exquisita sangría en el hot - tub en la noche (el cuál habíamos reservado al llegar), al día siguiente disfrutamos de las instalaciones (reposeras de dos plazas al aire libre, fogones prendidos 24/7, zonas comunes con espacios perfectamente acomodados), y conocimos el club house “La Lobera”, disfrutamos de una tarde en la playa y al regresar nos dedicamos a pasar tiempo en el bar donde nos atendieron de forma increíble, al terminar decidimos pasear una vez más por la fogata en donde las chicas del bar nos ofrecieron palitos y marshmallows para poder asar en el fuego (10/10) al día siguiente disfrutamos de nuestro último (lamentablemente) desayuno en el lugar el cual al igual que todo fue maravilloso, con muchísima variedad de cosas ❤️ destacó que se preocupan de cada detalle en el hotel, el personal tan simpático y atendí y que los espacios son preciosos, solo me queda decir que espero volver algún día a tan maravilloso lugar 🫶🏻❤️
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