Después de 3 días seguidos de tour por Puno y alrededores, decidí elegir un lugar para descansar y relajarme. La ubicación de GHL sugería un aislamiento total de la ciudad y una vista sin precedentes, y así fue. Las instalaciones, el servicio, la calidad de la comida pero por sobre todo, la amabilidad con la que fuimos recibidos desde el recepcionista, botones, mesero, personal de servicio, barman, etc; fue excepcional. No sólo es un placer estar dentro del cuarto o ambientes comunes, los ambientes exteriores, especialmente la rutal trek que bordea a todo el hotel y que tiene una distancia de 3.5 km aproximadamente, fue genial. Si bien es cierto, los precios de la comida y bebidas son muy por encima del promedio, creo que definitivamente lo valen. Finalmente, desde mi punto de vista, me quedo la hermosa vista que se tiene desde las habitación (sugiero el lado este directo al lago). Si buscas descansar y relajarte, esta es tu mejor opción.
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