Excelente ubicación, con la playa literalmente en el patio trasero. Hay parqueo gratuito. Piscina pequeña pero cómoda. Las habitaciones tienen aire acondicionado. Muy cerca del parque nacional Manuel Antonio y rodeada de buenos restaurantes. Ofrecen toallas sencillas de playa. Los monos visitan el lugar frecuentemente, incluso despiertan a los huéspedes por la mañana. Tiene horno microondas, nevera pequeña, coffee maker funcional y tostadora de pan, todos en buen estado. Humilde restaurante para desayuno y snack a precio decente.
Pero... las paredes de las habitaciones son demasiado delgadas y se escucha absolutamente todo lo que suceda en las habitaciones contiguas, ante un mal vecino es imposible descansar. Los colchones de nuestra habitación estaban en muy mal estado y las almohadas no ayudaron en nada. No recomiendo para discapacitados.
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