Lo único bueno del alojamiento es la situación, cerca del Vaticano y a un paso de la estación de tren. El desayuno muy básico, se echaba de menos algo de fruta, a veces se acababan algunos productos y tardaban en reponer o no reponían. Del resto, no tengo palabras para describirlo, viejo, muy anticuado, la primera planta que es donde nos alojaron, no se la recomiendo a nadie. Algunas habitaciones no tienen baño privado y los huéspedes salen de la habitación para usar el WC exterior causando ruido y molestias. Nuestra habitación era de dos camas y daba a una terraza exterior a la que no se podía acceder por estar cerrada con una verja. Camas incómodas. El baño con el techo descascarillado, la ducha vieja y rota en una esquina. Suciedad acumulada en rincones y tuberías. El hall de acceso a las habitaciones no tenía luz.
翻譯