En nuestra primer visita decía que salimos enamorados del lugar y como buena historia de amor, debes regresar. La atención de primer nivel no fue casualidad, todos te hacen sentir en casa, la pasión con la que preparan todo se nota no solo en el sabor, sino que invariablemente te describen tu platillo y esta vez por fortuna dimos oportunidad a lo cócteles y que gran acierto, deliciosos, únicos, no quieres terminarte lo o pedirlos todos. Gustavo tiene un actitud de servicio y pasión por su trabajo lo trasmite en todo momento! Increíble nuestra experiencia de coctelería, la explicación se convierte en poesía y los ingredientes de cada cocktail salen de nuestra madre tierra y sientes un orgullo enorme llevar el maíz en la sangre. Volveremos y esta vez para quedarnos en el hotel que es único!!
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